Queramos o no el nuevo “Aeródromo del Suroeste de Madrid” será una realidad en un par de años. Las obras, según nos cuentan, comenzarán en 2015, y los primeros aviones empezarán a dar servicio en 2017. Vamos, como aquel que dice, a la vuelta de la esquina.
Una obra de esta envergadura siempre crea división
de opiniones entre los vecinos, y es natural que muchos de ellos no vean con
buenos ojos este macroproyecto por ver amenazada la tranquilidad que se respira
en sus pueblos: El Álamo y Navalcarnero, términos municipales donde se
instalará.
El argumento en contra viene motivado por el
molesto ruido que puedan producir los más de 50.000 vuelos anuales que se estima
habrá durante los primeros años, que se verán sustancialmente incrementados,
siempre según las previsiones que nos dan desde los distintos organismos
públicos, hasta los 100.000 en 15 o 20 años. O lo que es lo mismo, también a la
vuelta de la esquina, como aquel que dice, más de doscientos aviones surcarán
diariamente el cielo de nuestro pueblo que, como diría mi primo, "no son moco
de pavo".
Desde la Administración se nos asegura que: “...el
aeródromo se ha diseñado para que tanto en la fase de construcción como en la
de su funcionamiento supere las exigencias medioambientales más estrictas...” y
“...garantizan que ambas poblaciones se mantendrán en zona de silencio, esto es,
en sus niveles normales y aceptables de ruido” y añaden “así lo demuestran los
resultados de los estudios y simulaciones de contaminación acústica que se han
realizado”. El problema es que la credibilidad política está donde está y ya
nos conocemos todos los cuentos, por eso soy de los que opinan que deberían
ofrecernos la respuesta debida a la posibilidad contraria. Que puede ser que
nunca se dé, pero como nos jugamos la tranquilidad en nuestro espacio de vida, entiendo
imprescindible. ¿Y si después de puesto en funcionamiento resulta que produce
ruido? ¿Se obligan a cerrarlo inmediatamente por incumplimiento de contrato? Si
tan seguros están no creo que les importe firmarlo y así aclarar las dudas y
oposiciones al proyecto. Esto me recuerda a esa típica situación de cuando vas
a una entidad bancaria a pedir crédito (pero hace tiempo ahora ni con esas) y
te sugieren que la única posibilidad que tienes para que te lo concedan es que
presentes a tus padres como avalistas de la operación, añadiendo con sarna: "si
tus padres no confían en que devuelvas el préstamo y no se prestan, valga la
redundancia, tan solo al aval, nosotros que somos los que te daríamos el
dinero...". Y claro, te hunden en la silla sin saber qué decir a eso. Solo
piensas que no estás tan seguro como para implicar a tus padres en un asunto
que quizás puedas posponer a ver si llegan tiempos mejores. Pues igual. Si los
estudios y simulaciones hechos por nuestros administradores de lo publico dan como resultado
que los niveles de ruido producido por el aeródromo serán como los actuales, es decir en zona de silencio, se
debe garantizar por escrito, puntualizando su cierre si resultaran inciertos los
estudios realizados. No cabe duda. ¿O es que ha estas alturas todavía no hemos aprendido nada?
Una vez puesto en razón el anterior escollo, creo
que si es verdad lo que dicen, de la creación de 15.000 puestos de trabajo
durante la construcción (empiezan en 2015 y se tardará 2 años en terminarlo);
la contratación de 2.000 personas para su explotación (se supone por muchos
años); y los 10.000 puestos de trabajos indirectos que se crearán en la zona,
supongo durante muchos años también, la postura más acertada sería que nuestros
ediles negociaran las mejores condiciones
para los vecinos de los pueblos donde se viene a instalar.
- Erradicar el paro en la zona, primer objetivo. Tiene que haber trabajo "pa' dar y tomar" (no sería razonable que creándose tanto puesto de trabajo "como se promete" no fuera un primer objetivo con la que nos está cayendo).
- Dinamizar los sectores comerciales y empresariales locales hacia la previsible demanda de los servicios que sean propios de una actividad aeroportuaria, no solo para conseguir el objetivo de los diez mil puestos de trabajo indirectos, sino para aumentarlos en la región. Segundo objetivo.
- Erradicar el paro en la zona, primer objetivo. Tiene que haber trabajo "pa' dar y tomar" (no sería razonable que creándose tanto puesto de trabajo "como se promete" no fuera un primer objetivo con la que nos está cayendo).
- Dinamizar los sectores comerciales y empresariales locales hacia la previsible demanda de los servicios que sean propios de una actividad aeroportuaria, no solo para conseguir el objetivo de los diez mil puestos de trabajo indirectos, sino para aumentarlos en la región. Segundo objetivo.
. Y tercero, y no por ello menos importante,
formación. Es imprescindible que desde las administraciones locales y
autonómicas se fomente el aprendizaje y la especialización laboral en los
sectores que se demandarán.
Si los gestores de lo público hacen como deben su
trabajo de representación del pueblo, en nombre de éste y de lo que necesita; defienden, como no puede ser de otra manera, los intereses generales, pero con
mayor interés los propios de los vecinos de estas dos localidades; y demuestran
los dos ayuntamientos implicados que apuestan por una infraestructura que
dinamice la región pero a la vez que beneficie sin ningún perjuicio a los
ciudadanos de estas dos localidades, puede ser una gran oportunidad que
deberíamos aprovechar. Espero que sea para bien. Espero que sea para el bien
común.
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