domingo, 13 de mayo de 2018

La Hoguera


Hacía tiempo que Aitor había dejado de subir a la Taberna para charlar con el resto de vecin@s.

Nunca fue un vecino problemático ni ahora se había convertido en un@ de ell@s.

La pequeña aldea latía con la ayuda que se prestaban entre sí tod@s l@s vecin@s. La gente joven iba yéndose a la ciudad y l@s que se quedaban iban creciendo y ya no iban siendo tan jóvenes.

Aitor, decía, era seco, buena gente y poco dado a expresarse continuamente. Por eso, cuando hablaba, se le escuchaba atentamente. Y por eso también, cuando aquel día aquel pequeño incidente le ofendió tanto y abandonó la Taberna-Club Social-Tienda, tod@s nos quedamos un poco desconcertad@s. Y más cuando pasaron los días y siguió sin aparecer por allí.

Vivía a unos dos kilómetros del centro de la aldea, como algun@s de nosotr@s y no es fácil en el incipiente otoño y el invierno que nos viéramos si no hacíamos por vernos. La lluvia, el viento y el frío de estas montañas era suficiente para ello. La nieve nos obligaba a estar preparad@s para soportar semanas aislad@s.

A pesar de todo, tras meses de ausencia las largas veladas en torno al fuego de la Taberna, Juan, el más anciano, preocupado por su ausencia y la falta de noticias suyas, se acercó hasta su casa una fría tarde de invierno.

Allí estaba Aitor, sentado frente a su chimenea en la penumbra de su hogar sin más luz que los destellos de la hoguera que calentaba su estancia. Charlaron un buen rato sobre temas intrascendentes amigablemente. aitor agradeció la visita a Juan, disfrutaron mientras tomaban un vino y comentaron los motivos del enfado de Aitor que Juan comprendió sin por ello compartir. Tras un largo rato hablando sobre ello, Juan se acercó sobre la hoguera, cogió uno de los troncos que ardía en ella y lo separó del fuego.

Tras un rato alejado del núcleo el tronco dejo de llamear y Juan le dijo a Aitor:

"La hoguera necesita los troncos para ser grande y dar luz y calor. Si ellos no existiría.

Y los troncos necesitan el calor que la hoguera genera y mantiene. Así, la hoguera permite a la los troncos cumplir con su misión última para la que han sido cortados. Cuando se separan de ella acaban enfriándose, apagándose y dejando su misión inconclusa."


Redactado a partir de un cuento narrado por Marian Frías y no localizado por la red para poder reproducir fielmente y con los créditos correctos.

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