sábado, 28 de febrero de 2015

Las ignoradas o silenciadas causas de la elevada deuda pública en España y en Grecia


Vicenç Navarro


Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas, Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy, The Johns Hopkins University


Entrevista realizada por estudiantes de la Universidad Pompeu Fabra al Profesor Navarro sobre la Deuda Pública


I. ¿QUÉ ES LA DEUDA PÚBLICA Y CÓMO SE GENERA?

(Pregunta) ¿Qué es la deuda pública?

(Respuesta) Tenemos que comenzar esta entrevista explicando qué es la deuda pública, sobre la cual hay bastante confusión. Y lo primero que hay que hacer es entender qué es la deuda pública y cómo se genera. Deuda pública es el dinero que un Estado debe porque lo ha pedido prestado, al tener unos gastos superiores a sus ingresos. Como cualquier familia, el Estado necesita hacer grandes gastos –como en infraestructuras físicas o sociales para preparar el futuro- que no puede pagar de golpe, y los van pagando a medida que se va teniendo el dinero. De ahí que necesite que le presten dinero con el cual pagar las infraestructuras, y luego, más tarde, ir pagando al que le prestó el dinero –por ejemplo, un banco- poco a poco, en varios años, hasta que devuelva todo el dinero, además de los intereses que genera la deuda. De ahí que para conocer la carga que representa para este Estado esta deuda, es importante saber cuánto dinero debe, cuándo tiene que pagarlo, los intereses que genera y debe pagar, y a quién tiene que pagarle.


(P.) ¿Cómo se genera la deuda pública?

(R.) Una de las causas más importantes es que el Estado gasta más de lo que ingresa y, por lo tanto, va acumulando una deuda a lo largo del tiempo. Ahora bien, no hay que confundir Estado con país. Esta confusión aparece constantemente cuando se dice, por ejemplo, que España se ha gastado más de lo que puede o de lo que tiene. Se confunde en esta declaración, que se hace frecuentemente en los medios de mayor difusión, que España se presenta como homólogo al Estado español. El Estado español es pobre y no tiene recursos, pero España no lo es, tiene amplios recursos que el Estado podría recoger y que no recoge, forzándole a tener que pedir dinero prestado. Este punto debe subrayarse constantemente.


(P.) ¿Es esta la causa de que España tenga una deuda elevada?

(R.) Sí, es una de las principales causas de la elevada deuda pública. Tanto España como Grecia tienen unas de las deudas públicas más grandes de la Eurozona. Lo mismo ocurre con Portugal e Irlanda. Y ello se debe, en parte, a que todos ellos tienen Estados muy pobres, con pocos ingresos. Y de ahí que tengan que pedir prestado mucho dinero. La deuda pública, tanto por habitante como por porcentaje del PIB, es en todos estos países superior al promedio de la UE-15 y al de la eurozona.


(P.) ¿Y por qué estos Estados son tan pobres?

(R.) Porque históricamente han sido muy dominados por fuerzas profundamente conservadoras representantes de los mayores poderes financieros y económicos del país, así como de sus clases dominantes, que configuraron unos Estados que favorecieran sus intereses, entre los cuales predominaban unas políticas fiscales muy regresivas. Es decir, que las rentas del trabajo pagan impuestos mucho más altos que las rentas del capital sin olvidar que son Estados en los que existe una enorme impunidad y tolerancia hacia el fraude fiscal en el que incurren predominantemente aquellos grupos y aquellas clases. Esto ocurre en España y en Grecia, y también en Portugal e Irlanda, donde los ingresos al Estado, incluso hoy, han sido más bajos que el promedio de la Eurozona. Recordemos que estos países –conocidos en la terminología anglosajona como PIGS- estuvieron gobernados por dictaduras fascistas o fascistoides durante muchos años, y que el sistema democrático que las sustituyó no significó una ruptura con el Estado anterior, sino una adaptación o modificación, sin cambiar la enorme influencia que aquellos grupos financieros y económicos y las clases dominantes tenían sobre sus Estados. Irlanda, por cierto, no estuvo gobernada por una dictadura, pero si por un gobierno ultraconservador, muy ligado a la Iglesia Católica irlandesa. Este contexto histórico-político explica el porque de los bajos ingresos al Estado y su necesidad de endeudarse profundamente, sobre todo en momentos de crisis como los actuales.


(P.) Pero se dice que los Estados son pobres porque los países son pobres.

(R.) Esto no es cierto. Estos Estados son mucho más pobres de lo que deberían ser, y de lo que su país permitiría. Por ejemplo, el nivel de riqueza de España al inicio de la crisis, medido por el PIB per cápita, era el 94% del promedio de los países de la UE-15, el grupo de países más ricos de la Unión Europea. En cambio, su gasto público social per cápita era solo el 74% del promedio de la UE-15. España se gastaba 66.000 millones menos de lo que debía gastarse en su Estado del Bienestar por el nivel de desarrollo económico que tenía. España tenía y continúa teniendo estos recursos. Lo que pasa es que el Estado no los recoge, y no lo hace porque las fuerzas conservadoras y sus instrumentos políticos tienen un enorme poder, situación que se remonta a épocas históricas anteriores y que ha configurado el Estado español.


viernes, 27 de febrero de 2015

UN LLANTO POR LOS HÉROES CAÍDOS




Un artículo sobresaliente,
atrevido y valeroso, 
sorprende y no te dejará indiferente, 
escrito en la
GAZZETTA DEL APOCALIPSIS

Todos sabemos que vivimos en una sociedad competitiva.

Un entorno que glorifica a los ganadores, a aquellos que se imponen a los demás para alcanzar sus objetivos.

La sociedad los llama “triunfadores” y los considera como los “mejores” o los “más fuertes”.


Pero esa es una visión completamente distorsionada de la realidad.


Las propias estructuras psicológicas del Sistema, que nos han llevado a crear esta sociedad tan competitiva, deforman también nuestra visión del mundo y retuercen nuestros propios conceptos.

Podríamos decir que concebimos las cosas al revés de como son en realidad, hasta el punto de que aquello que la sociedad considera signos de debilidad y cobardía, muchas veces son el reflejo de una enorme fortaleza y valor.

Un ejemplo de esta visión invertida de la realidad, la podemos encontrar, por ejemplo, en el mundo de la ficción.

Estas últimas décadas, tanto la televisión como el cine (especialmente de Hollywood), nos han bombardeado con la imagen del típico héroe de acción, hasta convertirlo en el arquetipo del “hombre fuerte y duro”.




lunes, 2 de febrero de 2015

El hostil ninguneo de la prensa española a Podemos contrasta con la sorpresa internacional de su éxito (31-E)


La prensa mostró el lleno de la Puerta del Sol
pero obvió el de la calle Alcalá hasta Cibeles, que no pudo entrar


http://www.espiaenelcongreso.com/
31 enero 2015


Mientras Mariano Rajoy y el Partido Popular (PP) apenas conseguían reunir a 200 personas en Barcelona y Pedro Sánchez y el PSOE a 300 en Valencia, el grupo de 7 profesores que constituyen la cúpula de Podemos pudo llenar la Puerta del Sol y aledaños e incluso alargar la asistencia hasta la Plaza de Cibeles (Madrid). 

Unos 300.000 ciudadanos acudieron a su llamamiento a la “Marcha por el Cambio” del 31-E, mientras la Delegación del Gobierno del PP rebajaba la asistencia a 100.000 personas. 

Al igual que la disparidad de cifras, el tratamiento informativo fue diferente dentro y fuera de España: la prensa internacional recoge de forma unánime el éxito de la movilización ciudadana, mientras que la prensa española de papel coincide en su óptica, que oscila entre el ninguneo y la hostilidad. 

Un ramillete de noticias de medios de comunicación de todo el mundo puede ayudar a visualizar este contraste:

domingo, 1 de febrero de 2015

Se ha descubierto lo que probablemente causa la adicción, y no es lo que tú crees



Johann Hari
Autor de "Chasing The Scream: The First and Last Days of the War on Drugs"
http://www.huffingtonpost.es/
Publicado: 31/01/2015


Hace ahora cien años que las drogas se prohibieron por primera vez. En todo este siglo de guerra contra las drogas, nuestros profesores y gobiernos nos han contado una historia sobre la adicción. Esta historia está tan arraigada en nuestra mente que ya la damos por hecho. Parece algo obvio. Parece manifiestamente cierto. Hasta que hace tres años y medio comencé un viaje de 48.000 kilómetros con mi nuevo libro,Chasing The Scream: The First And Last Days of the War on Drugs, para descubrir lo que realmente impulsaba la guerra contra las drogas, o eso creía. No obstante, lo que aprendí en el camino es que casi todo lo que nos han contado sobre la adicción es falso; hay una historia diferente a punto de ser contada, si es que estamos dispuestos a escucharla.

Si absorbemos esta nueva historia, tendremos que cambiar mucho más que la guerra contra las drogas.
 Tendremos que cambiarnos a nosotros mismos.

Yo lo aprendí de una mezcla extraordinaria de gente que conocí en mis viajes. De los amigos supervivientes de Billie Holiday, que me ayudaron a entender que el fundador de la guerra contra las drogas la acechó y contribuyó a matarla. De un médico judío, al que sacaron de un gueto de Budapest siendo un bebé para después revelar los secretos de la adicción siendo adulto. De un camello de crack transexual de Brooklyn que fue concebido cuando su madre, adicta al crack, fue violada por su padre, un agente de policía de Nueva York. De un hombre al que un dictador torturador retuvo en un pozo durante dos años y después fue elegido presidente de Uruguay para dar comienzo al final de la guerra contra las drogas.

Tenía un motivo bastante personal para querer saber esas respuestas. Uno de mis primeros recuerdos de niño es intentar despertar a un familiar y no ser capaz. Desde entonces, le he dado vueltas al misterio esencial de la adicción: ¿qué provoca que algunas personas se queden fijas en una droga o en un comportamiento sin poder parar? ¿Cómo ayudamos a esas personas a que vuelvan? A medida que me hago mayor, otro de mis familiares cercanos desarrolló una adicción a la cocaína y yo tuve una relación con un adicta a la heroína. Vamos, que estoy familiarizado con la adicción.

Si al principio me hubieras preguntado qué provoca la adicción a las drogas, te habría mirado como si fueras idiota, y habría dicho: "Pues las drogas". No hay más que rascar. Pensé que lo llevaba viendo toda mi vida. Todos lo podemos explicar. Imagina que tú y yo y otras 20 personas que pasan por la calle tomaran una potente droga durante 20 días. Esas drogas tienen sustancias químicas muy adictivas, así que si lo dejáramos el día 21, nuestro cuerpo necesitaría esas sustancias. Tendríamos un mono terrible. Seríamos adictos. Eso es lo que significa la adicción.