viernes, 20 de abril de 2012

Obsolescencia Programada: Todo se rompe con un único objetivo, ¡VENDER!

Obsolescencia programada:
Comprar - TIRAR - Comprar

¡ Para muchos, considerada como la gran estafa al consumidor !


Productos más frágiles y menos duraderos con una ciclo de vida programado de forma premeditada y anticipada para estimular y generar con ello entre los consumidores una mayor necesidad y demanda.


La Obsolescencia programada quizá para muchos pueda parecer un término desconocido pero lo cierto es que a todos y sin excepción nos afecta directamente. Este es el término utilizado para referirse a la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que -tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o por la empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o servicio- éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible. 

Pero ... ¿Qué hay de cierto en todo ello?

Podríamos decir entonces como bien indica el titular de este artículo que "todo se rompe" o todo queda obsoleto con un único objetivo: "Que la rueda del consumo siga girando y funcionando". Para muchos considerada como la gran estafa al consumidor, y para otros la única alternativa a la sostenibilidad de muchos negocios, empresas y fabricantes.

Y así nos lo mostraban el ya famoso y fantástico documental "Comprar, tirar, comprar", dirigido por Cosima Danoritzer, que nos descubría los entresijos y secretos de la Obsolescencia Programada, aportando pruebas a la más o menos fundada sospecha de que buena parte de los productos de consumo están fabricados para no durar. (Precisamente, este viernes 20 de abril, a las 23.00 h, La 2 de televisión española vuelve a emitir el que fuera el documental del año para la Academia de Televisión en 2011, en esta ocasión en su versión extendida).

A través de este documental, descubrimos la cara oculta de la mercadotecnia donde la obsolescencia programada se perfila como "el plan oculto" ideado para beneficiar exclusivamente al fabricante, dado que en algún momento fallará el producto obligando al consumidor a que adquiera o lo reemplace por otro nuevo.







La bombilla de livermore

Este es sin duda el ejemplo más representativo que puede ayudarnos a comprender que ha pasado durante más de un siglo y cuales han sido las consecuencias de esta Obsolescencia Programada cuya etapa inicial se desarrollo en la década de los años 20.

Poco antes, en la estación de bomberos de Livermore se encendía por primera vez en el año 1901, la bombilla más famosa de todos los tiempos. La que desde entonces no ha dejado de mantener viva su llama de luz, entrando a formar parte del Record Guinness como la bombilla más resistente y duradera de la historia. Inclusive superando la vida útil de 3 webcams que durante años han sido testigos de su resistencia al paso del tiempo.



La bombilla de los bomberos de Livemore
111 años luciendo sin problemas
y con 3 cámaras WEB de vigilancia quemadas
¡ TODA UNA INSTITUCIÓN EN LIVEMORE !

Evidentemente, este factor suponía un gran problema para los fabricantes, ya que cuanto más larga era la vida útil de un determinado producto, también lo era el ciclo de compra del propio consumidor. Lo que reducía drásticamente las ventas y beneficios de las compañías. La solución: productos más frágiles y menos duraderos con una ciclo de vida programado de forma premeditada y anticipada para estimular y generar con ello entre los consumidores una mayor demanda.




Obsolescencia y Competitividad

A pesar de que para muchos esta actitud pudiera parecer impropia de empresas competitivas cuyo objetivo fuese el de ofrecer productos superiores a los de su más directa competencia, lo cierto es que el plan maestro de la Obsolescencia Programada, es un juego del que todos forman parte de forma interesada, y que es sometido a la presión de organismos, lobbies y cárteles con fuerte control y grandes intereses económicos.

Ningún gran fabricante parece poder escapar a dicho control, bien por interés propio o por presiones externas. No interesa que el ciclo establecido para el consumo pierda su ritmo, y con ello la posibilidad de seguir generando mayores beneficios a pesar de suponer una desventaja para el propio consumidor.

Pero no es necesario esperar al fallo de un producto para enfrentarnos a los efectos de este fenómeno. La tecnología hoy en día nos permitiría disponer de dispositivos muchos más avanzados que los actuales. Sin embargo "nos venden la moto" con algo que supuestamente parece novedoso para seis meses más tarde sorprendernos con algo mejor. ¿Les suena? ¿Quién no ha comprado un teléfono móvil que a los pocos meses ha visto superadas sus prestaciones por otro de la misma marca? Esta es otra de sus variantes conocida como la "Obsolescencia por modas". La que sin necesidad de que el producto llega al fin de su vida útil, lo vuelve obsoleto y genera un efecto similar en la mente del consumidor, que concibe que su producto ya no satisface sus necesidades o simplemente ha quedado anticuado.

Tan real como la vida misma.


Excelente artículo exttraído de: http://www.puromarketing.com/
Copiado de: http://www.puromarketing.com/13/12768/programada-todo-rompe-unico-objetivo-vender.html

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