Corría el año 1976, y en la película Network, ganadora de cuatro
oscars, podíamos ver esta escena que hoy nos pone los pelos de punta. Yo
también puedo decirlo: estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo: "No
tengo que decirles que las cosas están mal porque todo el mundo lo
sabe, hay crisis. Mucha gente está sin empleo o con miedo de perder el
que tienen. Un dólar se compra por el valor de un centavo. Los bancos
quiebran, los tenderos guardan un revólver en el cajón, los maleantes
andan sueltos, nadie sabe qué hacer, y lo que es peor, no se ve una
solución. El aire es tan malo que no se puede respirar y los alimentos
tan malos que no se pueden comer. Seguimos sentados ante el televisor
mientras un locutor nos cuenta que durante el día ha habido 15
homicidios y 60 delitos violentos como si eso fuera lo más corriente del
mundo. Sabemos que las cosas están mal, peor que mal, están locas. Todo
en todas partes se vuelve loco y ya no queremos salir a la calle, nos
quedamos en casa y lentamente el mundo en que vivimos se empequeñece y
solo decimos “por favor déjenme vivir tranquilo en mi livin’, déjeme con
mi tostadora, con mi radio, mi televisor, y mis electrodomésticos y no
diré nada, déjenme en paz”. Pues yo no voy a dejarlos en paz, quiero que
se irriten conmigo, no que protesten ni que hagan manifestaciones ni
que escriban a su diputado porque yo no sabría decirles qué es lo que
deben escribir. No sé qué hacer con la crisis ni con la inflación ni con
los rusos ni con el crimen en las calles, lo único que sé es que tienen
ustedes que montar en cólera. Tienen que decir ¡Soy un ser humano
maldita sea, mi vida tiene un valor!
Quiero que ahora se levanten todos, que se levanten todos de sus
sillones, quiero que se levanten todos y que vayan a sus ventanas que
las abran, y que saquen la cabeza gritando: ¡Estoy más que harto y no
quiero seguir soportándolo!"
Aquí y ahora solo bastaría cambiar algunas palabras de la locución de Howard Beale (Peter Finch) y la película sería de total actualidad.
Aquí y ahora solo bastaría cambiar algunas palabras de la locución de Howard Beale (Peter Finch) y la película sería de total actualidad.
"No
tengo que decirles que las cosas están mal porque todo el mundo lo
sabe, hay crisis. Mucha gente está sin empleo o con miedo de perder el
que tienen. Un euro se compra por el valor de un céntimo. Los bancos
quiebran y nuestros gobiernos en lugar de ayudar a las personas ayuda a las grandes corporaciones bancarias, a las familias se las echa de sus casas por no poder pagar la hipoteca, los sueldos y las condiciones laborales cada vez son más precarias, nos recortan la sanidad, nos recortan la educación, nos recortan los servicios sociales. Suben los impuestos a las clases medias, mientras a los multimillonarios se los concede una amnistia fiscal, se permiten las SICAV, se permiten los paraisos fiscales, la corrupción política campa a sus anchas, la monarquía se tambalea también con corruptelas y malas formas, el poder judicial no tiene ningún poder salvo ser lacayo del político. Los que se atreven a protestar en las calles por las injusticias y tropelías que se están produciendo por nuestros gobernantes, marionetas de los mercados, les apalean y criminalizan. Los dos grandes partidos nos cambian la Constitución para que se de prioridad absoluta al pago de la deuda antes que incluso pagar las pensiones de nuestros ancianos. Nadie sabe qué hacer, y lo que es peor, no se ve una
solución. El aire es tan malo que no se puede respirar y los alimentos
tan caros que no se pueden comprar. Seguimos sentados ante el televisor
mientras un locutor nos cuenta que durante el día ha habido 15
abusos a menores por algún curilla arrepentido y 60 niños robados a sus madres el mismo día en que nacieron como si eso fuera lo más corriente del
mundo. Sabemos que las cosas están mal, peor que mal, están locas. Todo
en todas partes se vuelve loco y ya no queremos salir a la calle, nos
quedamos en casa y lentamente el mundo en que vivimos se empequeñece y
solo decimos “por favor déjenme vivir tranquilo en mi livin’, déjeme con
mi tostadora, con mi radio, mi televisor, y mis electrodomésticos y no
diré nada, déjenme en paz”. Pues yo no voy a dejarlos en paz, quiero que
se irriten conmigo, no que protesten ni que hagan manifestaciones ni
que escriban a su diputado porque yo no sabría decirles qué es lo que
deben escribir. No sé qué hacer con la crisis ni con la inflación ni con
el déficit, ni con los bancos ni con el FMI, BCE o la madre que les parió, lo único que sé es que tienen
ustedes que montar en cólera. Tienen que decir ¡Soy un ser humano
maldita sea, mi vida tiene un valor!
Quiero que ahora se levanten todos, que se levanten todos de sus
sillones, quiero que se levanten todos y que vayan a sus ventanas que
las abran, y que saquen la cabeza gritando: ¡Estoy más que harto y no
quiero seguir soportándolo!"
No les parece actual, pues joder griten conmigo ¡¡¡ ESTOY MÁS QUE HARTO Y NO QUIERO SEGUIR SOPORTÁNDOLO!!!
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