jueves, 27 de junio de 2013

El Aeródromo del Suroeste de Madrid



Queramos o no el nuevo “Aeródromo del Suroeste de Madrid” será una realidad en un par de años. Las obras, según nos cuentan, comenzarán en 2015, y los primeros aviones empezarán a dar servicio en 2017. Vamos, como aquel que dice, a la vuelta de la esquina.
Una obra de esta envergadura siempre crea división de opiniones entre los vecinos, y es natural que muchos de ellos no vean con buenos ojos este macroproyecto por ver amenazada la tranquilidad que se respira en sus pueblos: El Álamo y Navalcarnero, términos municipales donde se instalará.
El argumento en contra viene motivado por el molesto ruido que puedan producir los más de 50.000 vuelos anuales que se estima habrá durante los primeros años, que se verán sustancialmente incrementados, siempre según las previsiones que nos dan desde los distintos organismos públicos, hasta los 100.000 en 15 o 20 años. O lo que es lo mismo, también a la vuelta de la esquina, como aquel que dice, más de doscientos aviones surcarán diariamente el cielo de nuestro pueblo que, como diría mi primo, "no son moco de pavo".
 
Desde la Administración se nos asegura que: “...el aeródromo se ha diseñado para que tanto en la fase de construcción como en la de su funcionamiento supere las exigencias medioambientales más estrictas...” y “...garantizan que ambas poblaciones se mantendrán en zona de silencio, esto es, en sus niveles normales y aceptables de ruido” y añaden “así lo demuestran los resultados de los estudios y simulaciones de contaminación acústica que se han realizado”. El problema es que la credibilidad política está donde está y ya nos conocemos todos los cuentos, por eso soy de los que opinan que deberían ofrecernos la respuesta debida a la posibilidad contraria. Que puede ser que nunca se dé, pero como nos jugamos la tranquilidad en nuestro espacio de vida, entiendo imprescindible. ¿Y si después de puesto en funcionamiento resulta que produce ruido? ¿Se obligan a cerrarlo inmediatamente por incumplimiento de contrato? Si tan seguros están no creo que les importe firmarlo y así aclarar las dudas y oposiciones al proyecto. Esto me recuerda a esa típica situación de cuando vas a una entidad bancaria a pedir crédito (pero hace tiempo ahora ni con esas) y te sugieren que la única posibilidad que tienes para que te lo concedan es que presentes a tus padres como avalistas de la operación, añadiendo con sarna: "si tus padres no confían en que devuelvas el préstamo y no se prestan, valga la redundancia, tan solo al aval, nosotros que somos los que te daríamos el dinero...". Y claro, te hunden en la silla sin saber qué decir a eso. Solo piensas que no estás tan seguro como para implicar a tus padres en un asunto que quizás puedas posponer a ver si llegan tiempos mejores. Pues igual. Si los estudios y simulaciones hechos por nuestros administradores de lo publico dan como resultado que los niveles de ruido producido por el aeródromo serán como los actuales, es decir en zona de silencio, se debe garantizar por escrito, puntualizando su cierre si resultaran inciertos los estudios realizados. No cabe duda. ¿O es que ha estas alturas todavía no hemos aprendido nada?
 
Una vez puesto en razón el anterior escollo, creo que si es verdad lo que dicen, de la creación de 15.000 puestos de trabajo durante la construcción (empiezan en 2015 y se tardará 2 años en terminarlo); la contratación de 2.000 personas para su explotación (se supone por muchos años); y los 10.000 puestos de trabajos indirectos que se crearán en la zona, supongo durante muchos años también, la postura más acertada sería que nuestros ediles negociaran  las mejores condiciones para los vecinos de los pueblos donde se viene a instalar. 
- Erradicar el paro en la zona, primer objetivo. Tiene que haber trabajo "pa' dar y tomar" (no sería razonable que creándose tanto puesto de trabajo "como se promete" no fuera un primer objetivo con la que nos está cayendo).
- Dinamizar los sectores comerciales y empresariales locales hacia la previsible demanda de los servicios que sean propios de una actividad aeroportuaria, no solo para conseguir el objetivo de los diez mil puestos de trabajo indirectos, sino para aumentarlos en la región. Segundo objetivo.
. Y tercero, y no por ello menos importante, formación. Es imprescindible que desde las administraciones locales y autonómicas se fomente el aprendizaje y la especialización laboral en los sectores que se demandarán.
 
Si los gestores de lo público hacen como deben su trabajo de representación del pueblo, en nombre de éste y de lo que necesita; defienden, como no puede ser de otra manera, los intereses generales, pero con mayor interés los propios de los vecinos de estas dos localidades; y demuestran los dos ayuntamientos implicados que apuestan por una infraestructura que dinamice la región pero a la vez que beneficie sin ningún perjuicio a los ciudadanos de estas dos localidades, puede ser una gran oportunidad que deberíamos aprovechar. Espero que sea para bien. Espero que sea para el bien común.



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