domingo, 23 de marzo de 2014

El Banco de Inglaterra pone en evidencia el canibalismo financiero de la austeridad


  • Por primera vez el Banco de Inglaterra explica realmente como se crea el dinero. 
  • El Banco de Inglaterra en un arranque de honestidad lanza por la ventana las bases teóricas de la austeridad.

En la década de 1930, Henry Ford se supone que comentó que era una buena cosa que la mayoría de los estadounidenses no supiesen cómo funcionaba realmente la banca, porque si lo hicieran, “habría una revolución antes de mañana por la mañana”.

La semana pasada, sucedió algo extraordinario. El Banco de Inglaterra reveló su secreto. En un artículo titulado “La creación de dinero en la economía moderna“, co-escrito por tres economistas de la Dirección de Análisis Monetario del Banco, declararon abiertamente que las suposiciones más comunes sobre cómo funciona la banca son simplemente erróneas, y que las posiciones heterodoxas más comúnmente asociadas con grupos como Radiogramsci son correctas. Al hacerlo, han arrojado por la ventana toda la base teórica de la austeridad por la ventana de forma definitiva.

Para tener una idea de cuán radical es la nueva posición del Banco, hay que considerar el punto de vista convencional, que sigue siendo la base de todo debate respetable en la política pública: La gente pone su dinero en los bancos. Entonces los bancos prestan el dinero a interés – ya sea a los consumidores, o para los empresarios que deseen invertir en alguna empresa rentable. Es cierto que el sistema de reserva fraccionaria no permite que los bancos se presten demasiado más de lo que tienen en reserva, y es verdadero, que si los ahorros no son suficientes, los bancos privados pueden tratar de pedir más dinero prestado del banco central.

El banco central puede imprimir tanto dinero como desee. Pero también se cuida de no imprimir demasiado. De hecho, a menudo se nos dijo que esta es la razón de existir de los bancos centrales independientes. Si los gobiernos pueden imprimir dinero ellos mismos, seguramente imprimirían demasiado, y la inflación resultante llevaría la economía al caos. Instituciones como el Banco de Inglaterra o la Reserva Federal de EE.UU se crearon para regular cuidadosamente la oferta de dinero para evitar la inflación. Es por esto que se les prohíbe financiar directamente al gobierno, por ejemplo, mediante la compra de bonos del tesoro, sino financiar la actividad económica privada que el Gobierno grava meramente.

Es esta concepción la que nos permite seguir hablando de dinero como si se tratara de un recurso limitado, como la bauxita o el petróleo, y poder decir “no hay suficiente dinero” para financiar programas sociales, hablar de la inmoralidad de la deuda pública o del gasto público “desplazado” al sector privado (el famosillo crowding out de los “expertos”). Lo que el Banco de Inglaterra admitió esta semana es que nada de esto es realmente cierto. Citando su propio resumen inicial: “En lugar de los bancos recibir depósitos cuando los hogares ahorran y luego prestarlos, los préstamos bancarios crean depósitos” … “En tiempos normales, el banco central no fija la cantidad de dinero en circulación, ni es el dinero del banco central ‘multiplicado’ en más préstamos y depósitos”.

En otras palabras, todo lo que sabemos, no es que sea incorrecto- es justo al revés. Cuando los bancos dan préstamos, crean dinero. Esto es porque el dinero en realidad sólo es un reconocimiento de deuda. El papel del banco central es presidir un orden jurídico que otorga efectivamente a los bancos el derecho exclusivo de crear pagarés de un cierto tipo, que el gobierno va a reconocer de curso legal por su disposición a aceptar el pago de impuestos. Realmente no hay límite en la cantidad de dinero que los bancos puedan crear, a condición de que puedan encontrar a alguien dispuesto a pedirlo prestado. Ellos nunca se quedan atrapados, por la sencilla razón de que los prestatarios, en general, toman el dinero y lo ponen debajo de sus colchones, o en última instancia, cualquier dinero de préstamos bancarios sencillamente terminará en algún banco nuevo.

Así que para el sistema bancario en su conjunto, todos los préstamos simplemente se convierte en otro depósito. Lo que es más, en la medida en que los bancos necesitan para adquirir fondos al banco central, pueden pedir prestado tanto como quieran, todo esto lo que realmente hace es establecer la tasa de interés, el coste del dinero, no su cantidad. Desde el principio de la recesión, los bancos centrales de Estados Unidos y Gran Bretaña han reducido ese coste a casi nada. De hecho, con la “flexibilización cuantitativa” (QE) han estado bombeando de manera efectiva tanto dinero como han podido en los bancos, sin producir efectos inflacionarios.

Lo que esto significa es que el límite real de la cantidad de dinero en circulación no es lo que el banco central está dispuesto a prestar, sino la cantidad que el gobierno, las empresas y los ciudadanos comunes, están dispuestos a pedir prestado. El gasto público es el principal motor de todo esto (y el documento no admite, si usted lee con atención, que el banco central financia al gobierno, después de todo). Así que no hay duda sobre el gasto público “desplazando” la inversión privada porque es justo lo contrario.

¿Por qué el Banco de Inglaterra de pronto admite todo esto? Bien, una razón es porque obviamente es cierto. El trabajo del Banco consiste en dirigir realmente el sistema, y en los últimos tiempos, el sistema no ha estado funcionando especialmente bien. Es posible que se decidiera que el mantenimiento de la versión de la fantasía-tierra de la economía, que ha demostrado ser muy conveniente para los ricos es simplemente un lujo que ya no puede permitirse.

Pero políticamente, esto está tomando un riesgo enorme. Basta pensar en lo que podría suceder si los titulares de hipotecas se dieran cuenta de que el dinero que el banco les prestó no es, en realidad, los ahorros de toda la vida de algunos pensionistas ahorradores, sino algo que el banco sólo creó gracias a estar en posesión de una varita mágica que nosotros, el público, le entregamos. El dinero que le prestaron en la hipoteca nunca fue del Banco en primer lugar sino que se creo con el compromiso de ustedes a someterse a pagarle un interés al banco para permitirles a ustedes trabajar o vivir. Ahora pueden entender cuan absurdo y peligroso resulta la posición de recapitalizar, a quien tiene el poder de crear y destruir el dinero, a través de la confiscación de los ahorros familiares como pretende el comisario europeo Almunia.


Históricamente, el Banco de Inglaterra ha tendido a ser un referente, replantea aparentes posiciones radicales que en última instancia se convierten en nuevas ortodoxias. Si eso es lo que está pasando aquí, puede ser que pronto estemos en condiciones de saber si Henry Ford tenía razón.



DAVID SERQUERA

Adaptado de http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/mar/18/truth-money-iou-bank-of-england-austerity

Enlace: http://radiogramsci.org/2014/03/el-banco-de-inglaterra-pone-en-evidencia-el-canibalismo-financiero-de-la-austeridad/






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